jueves, 3 de mayo de 2012

Nuestra memoria se construye desde y con el 1° de mayo

 
Nuestra memoria se construye desde y con el 1° de mayo

Cuando pensamos y repensamos -como jóvenes- apuestas políticas que determinen a futuro posibles transformaciones sociales desde y con la realidad, encontramos que la memoria o por lo menos el espíritu consciente de esta palabra, atraviesa nuestros corazones, para darnos a entender por ejemplo que procesos reivindicativos y de resistencia cómo el 1° de mayo –Día internacional de los trabajadores y trabajadoras- hacen parte de una lucha que es vigente y necesaria en un país donde la tercerización laboral, o la “cultura” del rebusque, resultan ser la única posibilidad de supervivencia, o tal vez el último paso para que la imaginación con dignidad, tenga que jugar con lo incomprensible,  a tal punto de que el hambre ignore el tiempo, y el espacio no tenga dimensión, donde un pan y un “agua e panela”-sí el día fue productivo- sea un motivo de felicidad.    

Detengámonos aquí, para reflexionar, por lo menos un segundo en otro significado común de la marcha del 1° de mayo.  Es cierto, que este día pasa desapercibido año a año para muchas personas que desde la tranquilidad de un día festivo, fabrican otras agendas, porque simplemente no se tiene conciencia de la importancia de que su exigencia podría mejorar las condiciones de otros-muchos, o porque es tal el sentido de conciencia que precisamente no existe identidad con los requerimientos que se alzan frente al cielo.  Sin embargo, en relación con ellos, hoy no es la discusión, porque cuando nos dispusimos a marchar este día y celebrarlo con amor, lo asumimos levantándonos inflados por el deseo de encontrarnos con amig@s, familia, compañeros de trabajo o personas que tal vez no conozcamos, pero que cuando vemos su sonrisa comprendemos que comparten nuestra historia.  En esto crecimos, en esto creemos y por esto queremos rescatar el sentir de este día. 

¿Pero de quién queremos rescatar la marcha?, ¿nos fue arrebatada?, la respuesta es sí.  O  es que acaso tú que caminaste –por lo menos en Bogotá- ¿no sentiste que estabas a punto de ser condenado por algo que no sabes y que peor aún nunca sabrás?, caminar por la carrera séptima, era algo de esta naturaleza, no existían garantías, y es cierto, si una visión contundente de ello es la presencia del Esmad –cuerpo represivo y brutal- para el cual la normatividad se circunscribe a medidas propias de la edad media –y no lo digo porque estuvieran montados sobre caballos gigantes, lo cual es una visión real de que el terror esta en las calles-,  simplemente recordemos a Nicolás Neira quien perdió su vida hace 7 años cuando el Esmad lo asesinó, y precisamente hoy su padre Yuri Neira, lucha y resistencia frente a la impunidad que nuevamente se ha coronado como la reina.  Este año nuevamente resultaron heridas varias personas y otras tantas agredidas sin importar que estuvieran ejerciendo de manera legítima su derecho a la libertad de prensa y documentando posibles violaciones a los derechos humanos.

Es necesario decir, que la institucionalidad en Bogotá debe hablarnos con la verdad y con hechos, sí su deseo es diferenciarse de otras formas políticas desde el lenguaje y con la llamada política del amor, o la tan sonada “Bogotá humana”, o ni hablar de la campaña “¿armar o amar?”, porque si es así, esto debe ser eficaz, a tal punto que pueda  transformar los factores que generan la percepción y tolerancia de la violencia “anti-marcha”, que parece estar adherida y protegida por cascos, capuchas, escudos y demás formas que representan los miedos propios que salen a flote cada vez que exigimos cambios y  transformaciones necesarias de manera pacífica y argumentada. 

Estamos convencidos de que nuestra memoria se construye desde y con el 1° de mayo, y por esto lo vamos a rescatar.   ¿Que propones para el 2013?

Nicolás Escandón Henao

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