Encuentro Nacional de Reparación Colectiva al
Movimiento Sindical, el evento de los trabajadores se realizó los días 8 y 9 de
mayo en Paipa, Boyacá. Al evento asistieron la Confederación General de
Trabajadores (CGT), la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC), la
Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y la Federación Colombiana de Educadores
(Fecode), para discutir las propuestas de la reparación integral en un espacio
promovido por el Ministerio de Trabajo y la Unidad para la Atención y
Reparación Integral a las Víctimas.
H.I.J.O.S.
se solidariza, acompaña y expresa:
Nacimos en un país en
conflicto social armado agobiado por la inequidad, la injusticia y la represión
social y política. Vivimos en carne propia la persecución a nuestros padres y
madres en su lucha incesante por construir un país más justo. Somos hijos e
hijas por la identidad de los pueblos latinoamericanos, hijas e hijos por
la justicia social, luchamos contra el olvido y el silencio y hoy saludamos
este evento con el orgullo de ser también hijas e hijos de las luchas
sindicales.
Saludamos a los
representantes de la central unitaria de trabajadores CUT, a los representantes
de la confederación general de trabajo, de la confederación de trabajadores de
Colombia y a los familiares de las compañeras y compañeros asesinados,
perseguidos y desaparecidos en esta lucha por la vida digna y el trabajo digno. Saludamos a las
organizaciones de derechos humanos que siempre han estado acompañándonos en
esta difícil tarea de hacer realidad lo escrito en nuestra constitución.
Igualmente saludamos
a los miembros de la Unidad Administrativa Especial para la atención y
reparación integral a las víctimas, celebramos que se realice este tipo de
encuentros, pues tenemos claro que un plan de reparación colectiva para el
sindicalismo solo podrá salir teniendo en cuenta las propuestas de las
organizaciones sociales, populares y de defensa de los derechos humanos.
Nos sentimos muy
contentos de poder realizar este significativo homenaje, pues de ustedes
trabajadores y trabajadoras sindicalizados, aprendimos la importancia de
recibir un pago digno por nuestro trabajo, también aprendimos que tenemos derecho
a salud, a la educación y a la vivienda, y que es el Estado el que debe
garantizar y satisfacer estas necesidades. Son ustedes, padres y madres,
quienes han protagonizado estas luchas en contra de un sistema económico y
político que profundiza cada vez más las inequidades sociales.
Luchas con dignidad
que nos enseñaron, y que hoy están presentes en la memoria de todos los
compañeros y compañeras sindicalistas que nos acompañan en este
acto. Fueron ustedes los que nos enseñaron el significado de la huelga, un
mitin. Muchos de nosotros y nosotras desde niños estuvimos allí. Conocimos los
bazares con los campesinos desplazados por los paramilitares, y también
gritamos en las marchas del 1 de Mayo. Armamos las barricadas en el Paro cívico
Nacional del 83 exigiendo servicios públicos. Pegamos papeletas con engrudo en
las primeras elecciones populares, defendimos los recursos naturales y mineros
como sintiéndolos nuestros y defendiéndolos porque estos recursos pertenecen a
TODOS los colombianos. Lloramos a su lado uno a uno los dirigentes asesinados,
pues eran nuestros padres y madres. Salimos a las calles a gritar “No
Pasarán”, con nuestro sueño entero por “El que Murió Peleando”; en casa
celebramos cada convención colectiva firmada, cada aumento salarial, con
ustedes aprendimos que la solidaridad es la ternura de los pueblos. Y por esas enseñanzas
hoy somos conscientes que los cambios de las condiciones laborales en el país a
los que nos enfrentamos como generación obedecen al exterminio de trabajadores y
trabajadoras sindicalizados. No hacen parte de realidades diferentes, de
universos que no se tocan.
Con el homicidio de
los casi 3.000 sindicalistas, como si la dignidad y la esperanza pudieran ser
borradas a punta de bala, muerte, sangre y miedo, que continúan en la
impunidad, se ve también reflejada la misma impunidad que se impone sobre los
derechos de trabajadores y trabajadoras, con jornadas laborales extendidas,
bajos salarios, despidos masivos, venta del Seguro Social, eliminación de
prestaciones sociales, flexibilización laboral (trabajos malos y mal
pagos), reformas pensiónales, cierre de hospitales, venta de las empresas del
Estado, privatización de los servicios públicos. Hemos pasado del contrato
indefinido a la venta de minutos.
Ustedes compañeros y
compañeras sindicalistas, a pesar de todo, no se han quedado quietos y nos
siguen enseñando que nuestra respuesta no puede ser la pasividad y mucho menos
la indiferencia. Que nuestra respuesta debe ser el movimiento, la organización
de los trabajadores y trabajadoras, tan necesaria para la recuperación del
trabajo como fuerza creadora, tan necesaria para la apertura y el
fortalecimiento de los sindicatos.
Por esto y por mucho
más es importante agradecerles y hacer miles de homenajes, porque ustedes
siguen creyendo y enseñándonos que podemos luchar por un trabajo digno, por una
sociedad más justa. Y ese es precisamente
el significado de estas pequeñas placas que con amor hemos construido. Estas
placas representan un homenaje por su resistencia y persistencia en construir
un mundo mejor, pero además un compromiso ante ustedes por nuestros padres y
madres, teniendo siempre presente que continuaremos nuestras demandas por
verdad, por justicia, por reparación integral y sobre todo por construir nuevos
procesos sociales para alcanzar ese horizonte de paz tan esperado por todos y
todas.